26 de mayo de 2014

El gorro

     Se propuso por todos los medios poner atención a la conversación, pero no lo conseguía. Por tercera vez se encontró preguntándose qué leches pintaba en ese sitio y como habían conseguido que se quedase. Unas escandalosas risas le hicieron volver a la realidad. Algo extremadamente gracioso debía de estar contando Lian, puesto que en ese momento tanto las tres chicas que acababan de conocer apenas una hora antes, como sus amigos se partían de risa. O Lian tenía una faceta que no conocía o el alcohol ya estaba haciendo de las suyas, y no tenía ganas de vez cómo terminaba el espectáculo. Se bebió de golpe lo que le quedaba de cerveza y se levantó de la banqueta de un salto.
     -Chicos, se está haciendo tarde- dijo remangándose la manga para mirar el reloj y dar más énfasis a su huida. Reloj que por cierto se había dejado en la taquilla tras el ensayo. -Bueno, mirarse la muñeca da el mismo efecto,¿no?-pensó para sí.
     -¡Ohhh!,- exclamaron con pena las chicas a la vez.
     -¡Pero si aún es pronto, quédate un rato!- le rogó Lian cogiéndole del brazo, y poniéndose de puntillas le dijo al oído -¡Tío, que tocamos a una cada uno!
     -Pues te cedo la mía,-le contestó zafándose. -Lo siento, pero mañana tengo que hacer unas cosas. Un placer.- Y antes de que nadie más pudiese decir nada estaba poniéndose la cazadora y andando veloz hacia la puerta.
     Fuera se detuvo unos instantes mientras se ponía el gorro y encendía un cigarro. Era de madrugada y ya hacía bastante frío, pero el cielo estaba limpio y lleno de estrellas. Lo contempló un rato más mientras decidía qué hacer cuando oyó que una voz le llamaba a sus espaldas. Al volverse se encontró con Min que acababa de girar la esquina con una chica agarrada del brazo.
     -¡Min!¿Vienes del restaurante?
     -Sí, ya por fin cerramos. Volvemos a la Residencia,¿subes con nosotros?
     -Sí...aunque no quiero ser una molestia...
     -¿Qué?-preguntó extrañado Min. Entonces la chica le pegó un codazo en las costillas.-¡Ah! No, tranquilo. Ella es mi amiga Anna. Trabaja conmigo en el restaurante y va a pasar unos días en la Residencia mientras arreglan la caldera de su piso.
     -En..encantada,-contestó Anna dándole dos besos. Estaba encogida de frío y le castañeaban los dientes.
     -Soy Eric,-contestó sonriendo. Y juntos comenzaron a subir la calle. Durante el camino Min y Eric fueron hablando de sus cosas, mientras Anna permanecía en silencio, ensimismada y tiritando. De repente Eric les detuvo, se puso lo que quedaba de cigarro en la boca y quitándose el gorro se lo puso a Anna.
     -Así llegarás viva a la Residencia,- le dijo mientras se alejaba un poco para contemplar "su obra". Cuando pareció satisfecho reanudó la marcha.
     -Gracias, mañana sin falta te lo devolveré-agradeció Anna. Con un gesto de la mano Eric le quitó importancia al asunto.
     -¡Si es que cuando quiere es un caballero!-rió Min.
     -Sí, lo que tú digas-contestó el aludido propinándole un puñetazo en brazo.-Y vamos, que ha este paso no llegaremos nunca.   
 

2 comentarios :

  1. Ay, qué mono es Eric… *_*
    Ahora los veo con los moldes que nos has puesto en la última entrada jiji

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  2. Jajajaja, así ya no están solo en mi cabeza ^^. La putada es el molde que quiero para Eric, limitado de Soom. Si es que tengo un ojo TT^TT

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